-MIS HUELLAS HOY-

 

 


Mis huellas hoy.  

¿Por qué creemos lo que creemos? Que importante es desaprender y hacer una deconstrucción  mental.  Nosotros tenemos el poder de sanar a  nuestro niño interior.

Nuestra percepción de la infancia es solo eso, una percepción. Hasta que no crecemos y nos volvemos adultos no entendemos muchas cosas.

En la infancia se aprenden a poner límites, a recibir el amor, a amar, a poner atención, a pedir atención. Las carencias de la infancia y nuestra huella infantil son bien importantes en lo que hoy somos como adultos.

El entender nuestras heridas de la infancia, creo yo que tiene que partir del hecho de que nuestros padres son humanos, de hecho creo que una  de las primeras cosas complicadas que te pasan en la vida es entender que tus super héroes (papás) son también seres, con virtudes, defectos.

En la adultez a partir de los 18 ya no le corresponde a nadie sanarte, ya es responsabilidad 100% tuya sanar.  Ya eres tú el que tiene que identificar eso que te dañó o aquello que querías tener y que no tuviste, y tienes que al identificarlo, primero sanarlo y después cambiarlo.

El primer paso para ello es identificar la fractura y la herida primaria. No somos responsables de lo que nos paso de niños, pero si somos responsables de superar esas heridas y de no repetirlas y perpetuarlas.

Mi herida primaria fue la carencia de afecto, mi mamá nunca conecto en mi infancia emocionalmente conmigo, no era empática. Yo no escuché el te amo, al ser la más pequeña de 4 hermanos en más de una ocasión no me sentí vista, ni me sentí escuchada. Me sentía amada, pero no de la forma tradicional, en la que te enseñan que se debe de mostrar el amor.

Jamás tuve una mamá que me dijera  que era una fregona, que me dijera que me amaba, o que me llenara de besos y abrazos. Jamás la escuché decirme que qué guapa era o que estaba orgullosa de mí y  que iba a llegar tan lejos como me lo propusiera.

Nunca hubo validación por parte de mi mamá,  como ella tampoco tuvo validación por parte de la de ella. Te pones en el lugar del otro y la verdad es que el mundo se ve diferente.

Las herencias existen, las emociones se perpetúan. Pero romper con esos patrones heredados, sí me corresponde a mí.

Siempre he creído que la gente puede cambiar, porque yo sí soy mejor que antes. Mejorar es un acto de amor, y amar es cuidarse.

Mi mamá tuvo una depresión súper fuerte cuando yo tenía 10 años, entre los 10 y los 15 mis dos abuelos maternos se murieron. Mi papá que era el proveedor trabajaba todo el día, yo soy la hermana más pequeña de cuatro.

 Tuve una figura materna que siempre nos hizo notar que nada era  suficiente, ni el esfuerzo, ni las palabras, ni lo que dábamos, ni lo que hiciéramos. Eso hace que todo el tiempo te estes cuestionando ¿Yo soy suficiente?

Mi defensa ante eso desde niña, para hacerme notar a mí misma que por supuesto que sí era suficiente, fue tener el autoestima en el cielo,  e inflar a cada momento mi ego. Para hacerme creer a mí misma que sí era suficiente, que no necesitaba validación de nadie, que con mi amor propio era suficiente.

Pero claro que eso no es del todo cierto, y por supuesto que eso deja huella, yo al día de hoy tengo 40 años y me he descubierto más de una vez, echándome porras por las cosas que hago bien. Sí, a falta de esas porras de otras personas, me las doy yo misma.

Cuando hago algo bueno:  en el trabajo, en mi casa, con mi familia, con mi pareja,  me digo muy bien María José estoy orgullosa de ti.

Mi interpretación de mi huella de la infancia (ojo esto era lo que yo pensaba que sucedía cuando era pequeña) es que para mi mamá no éramos suficientes, que si nos quería pero que no era necesario decírnoslo.

Lo que a mí me causaba conflicto, porque yo veía que a todos mis amigos y compañeros sí se los decían. A los 10 años es súper complicado entender que tu mamá no se puede levantar de la cama, que ya no te hace de comer, ni desayunar, ni está pendiente de ti, porque no es capaz de ver por ella misma. Eso lo entiendes cuando creces, cuando eres pequeña yo lo interpretaba como carencia de afecto.

Al ser la más pequeña tuve que aprender a hacer notar mi voz y que se escuchara lo que quería decir. Siempre fui una persona directa, y debido a eso, no a todo el mundo le caía bien, por lo que muchas personas me rechazaban, y por lo que durante algún tiempo, intenté acoplarme al mundo e intenté encajar y caer bien. Error, es agotador tratar de caer bien a todos. Nunca te funciona, y al final entendí que era mejor estar con pocas personas pero que en verdad me entendieran y quisieran como era.

El ego es lo que nos ayuda a sobrevivir, es lo que te protege para poder día a día superar lo que nos pasó en las heridas más profundas. Lo importante ante este algo que a mí al día de hoy me cuesta trabajo, es equilibrarlo.

Claro que para muchas personas puede parecer desde fuera que lo tengo muy inflado, o que me creo mucho o que pienso que soy mucho. Más bien siempre ha sido mi protección ante el mundo.

Y para mí ha sido importante entender que siempre serás demasiado para algunas personas, demasiado ruidoso, callado, intenso, dramático, demasiado esto o demasiado aquello. Pero siempre serás exacto y no demasiado para las personas que te quieren y te aceptan sin intentar cambiarte.



La reinterpretación de lo que nos pasó cuando éramos pequeños es complicada, porque significa perdonar, entender, darle una segunda vista a todo eso que te dolió y que te marcó, y tratar de soltar para que todo eso sane y no te siga pasando factura en tu adultez.

Para defenderme de la interpretación de mi fractura de la infancia. Me volví impaciente, controladora, perfeccionista, soy de ideas fijas, lo que hace que me cueste mucho trabajo soltar las cosas, cuando algo me duele o me siento lastimada ante ese evento nulifico lo bueno, y solo le doy importancia a lo malo, a lo que me lastimó. Lo que hace desequilibrada mi interpretación.

Me tomo asuntos triviales de forma personal. Me cuesta muchísimo trabajo el controlar mis enojos, nunca fui la prioridad en mi casa,  fui la más chica, mi papá trabajaba todo el día, y mi mamá tenía esta condición médica.

Mis hermanos estaban viendo por ellos mismos. Por lo que tuve que aprender a ser autosuficiente, me volví súper independiente, extrovertida, muy social, era muy libre.

Al no tener unos papás presentes por uno u otro motivo. Ojo que mi papá era muy amoroso a su modo. Pero en la época de antes no se usaba que los papás fueran muy acompañantes. Yo me volví la mejor cómplice de mi papá en mi época adulta. Ya que aprendí y pude discernir lo que me construyó en mi infancia  y lo que me destruyó.

Sí, acepto que durante mucho tiempo. Y hoy en día de repente me sigue sucediendo, me tiré al drama en cuanto a lo que me destruyó. Para mí fue muy difícil el aceptar que mi mamá fue la mejor mamá con las herramientas y las circunstancias que tuvo.

Que sí,  nunca fue la mamá amorosa, o la que me validara o la que me mostrara ese apoyo. Pero que siempre de una u otra forma ha estado ahí, y lo más importante es que su amor, nuestro amor es incondicional. Igual que el de mi papá, con el era mucho más sencillo, porque el sí es un “poco” más expresivo. El sí me ha dicho lo orgulloso que se siente de mí, el sí me abrazó o me ha demostrado con uno y mil detalles su amor.

La ley de la polaridad, es darme el permiso de mostrarme lo que no tuve, mis carencias, entender mis fracturas y abrazar todo esto. Al no abrazarlo y no entenderlo, solo estoy haciendo que se haga más presente.

Todo lo que me pasa tiene perjuicios y beneficios. Debemos de prestar atención a qué le damos la importancia. Como dice  Sirius Black. “El mundo no se divide en buenos y malos, todos tenemos luz y sombra en nuestro interior, lo importante es qué parte elegimos potenciar”.

Para equilibrarnos tenemos que hacer justo consciencia de lo bueno y lo malo. Cuando entendemos de forma consciente que nuestra herida primaria nos da luz, y que las sombras son nuestras carencias y estas nos hacen crecer, es de la única forma en que podremos ir   superando y sanando. 

Sí, todo perjuicio tiene beneficio: el beneficio de ser la más chica, de no tener a alguien que constantemente me validara, fue que aprendí a validarme yo misma.  Me volví  independiente, goce a más no poder mi libertad. Me descubrí siendo muy buena para conectar con la gente, y en verdad tuve que ser la más autosuficiente. Salí sola por mí misma. 

El ego me permitió tener una autoestima alta, que me ha llevado a lograr conectar con gente maravillosa, a creerme que me puedo comer el mundo, y gracias a ello, he tenido viajes inolvidables, he conocido lugares increíbles,  he vivido en ciudades que me han dejado a personas importantísimas en mi vida.

He logrado tener muy buenos trabajos   me he desarrollado profesionalmente,  me he llenado de logros y  gracias a eso hoy soy lo que soy.

Perjuicio: necesito reconocimiento constante, por lo que a veces puedo caer en el narcisismo, puedo no ser tan segura en todos los aspectos. ¿Quién lo es? Cambio de opinión muy fácil, soy de la idea que solo se vive una vez, y que la vida son instantes, por lo que no vale la pena dejar lo que quieres, quedarte en enojos, lo que puede provocar no soltar lo que no te hace bien. 

Siempre he abrazado la idea que es mejor vivir en un día a día. Y al mismo tiempo como soy muy controladora, y sobrepensadora, cuando pienso en lo negativo y en lo que no me gusta, esta idea no me es tan fácil de aplicarla.

Soy demasiado apasionada esa es mi mejor virtud y es mi peor defecto, lo que me hace caer muchas veces en el o todo o nada.

Re significar, es entendernos  es darte permiso de expresar lo que te pasó. Es decirle a tu niño interior, ya sé que se sintió feo que no te vieran, o te entendieran o te amaran como tú querías. Pero hoy yo te veo, te amo,  entiendo lo que te pasó y lo más importante es que te prometo que vas a estar bien.

Tienes que creerte que eres la mejor versión de persona que puedes ser, y es una construcción diaria, ten paciencia y déjate ser. Trabaja, trabaja, trabaja diario en ti. Y poco a poco irás viendo los resultados.

El trauma de lo que pasó se tiene que acompañar para que se pueda resolver, perdona a los demás y a ti, di el amor que sientes, primero a ti y luego a los demás. Entiende que todo va a estar bien. El poder, y la valía la tienes tú.

No dejemos de hacer lo que nos encantaba hacer de chicos, nunca he entendido ¿por qué perdemos esa chispa, esa espontaneidad, esa inocencia, esa capacidad de disfrutar de todo, y no necesitar nada?

Conforme crecemos vamos perdiendo esas pequeñas sutilezas que nos hacían felices. Así que baila, llora, carcajéate, juega,  simplemente disfruta de todo y se feliz.

Hay muchas veces que no es tan fácil darle el valor justo a las cosas, por lo que significan. Y ahí lo importante es no ciclarte.

Te tienes que permitir ser, para estar en equilibrio. Quitarte los prejuicios, y las ideas preconcebidas impuestas de cómo tienen que ser nuestras relaciones, ya sea paternales, de familia, de pareja. Te beneficiará muchísimo  esto. Deja a un lado las comparaciones y céntrate en tu historia de vida, es la única que te tiene que importar.

Como dice Sergio Larrain. “ Conéctate con la gravedad, cierra los ojos. Estás aquí y ahora, el pasado no existe y lo que viene tampoco”. Agradece, yo hoy agradezco que cada aspecto que me ha sucedido en mi vida me ha hecho mejor persona. Y ser el ser humano que hoy soy, que dicho sea de paso me encanta.  

“De qué sirve que un niño sepa colocar Neptuno en el universo si no sabe dónde poner su tristeza o su rabia.” José María Toro. Enseñemos y aprendamos a entender los sentimientos. Validémoslos para que se puedan superar. Recordemos diario que el cariño sana.

 Las grietas también florecen, así que no nos preocupemos si hoy estamos un poco rotos. Mañana seguro floreceremos y estaremos bien. Fluyamos mientras tanto.

Les dejo un escrito que encontré que me sirvió muchísimo, se los comparto tal cual. “…Fluir no solo aplica cuando la vida va deli en la dirección que tú quieres que vaya, fluir realmente es confiar en que la dirección en la que está yendo es una manifestación. Una co-creación entre tú y el universo.

Y es recordar que siempre tienes el poder de cambiar de dirección, recordando que desde la aceptación se puede transformar algo de mejor manera, que desde la negación y la resistencia.

Es algo así como entender que estás en donde estás porque tu alma requiere estar en esta situación exacta en este momento preciso para tu mayor aprendizaje. Para ir al siguiente nivel en tu experiencia humana, y recordar que cuando eliges aprender la lección que viene a mostrarte, puedes seguir transitando y trascendiendo.

Es entender que los aprendizajes a veces vienen del gozo y toca sostenerte en este, desde el merecimiento, y la certeza de que eres perfecto para recibirlo y vivirlo. Y a veces viene desde el dolor. Y es tu elección tomar el aprendizaje y soltar el sufrimiento.

Fluyendo y recibiendo lo que hoy es, lo que hoy hay. Desde lo real, y no desde la ilusión del cuento que me cuento en mi cabeza.

La vida es tan mágica y perfecta, pasa que toca salirnos de la mente y del ego para poder ver esa perfección…” Autor desconocido.

 Gocemos cada instante, valoremos, agradezcamos y si tenemos suerte dejemos la suficiente huella, como para que cada que alguien nos recuerde lo haga con una sonrisa.

Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.

MJBDU

 


 



 

 

 

Comentarios

Unknown dijo…
Excelente como siempre Maria José que difícil reconocer las fallas de nuestros padres, esa falta de expresar su amor y superarlo, pero por eso mismo te vuelves independiente,y siempre positiva,te admiro y sigue adelante con esa actitud de triunfo. Un abrazo con mi cariño.
Oscar Sa Mo dijo…
Muy bueno. Cuando escudriñamos para entender los que nos pasa sin juzgar a nada ni nadie, cuando buscamos entender se nos da el comprender, y no sólo a nosotros mismos, sino a los demás, que han sido parte de nuestra historia.

Entradas populares