-NOS ATERRA LA FELICIDAD-
Hay ciertas etapas en la vida que son claves, sin que siquiera nos lo
propongamos y es que el pasar de los 20’s a los 30’s y de estos a los 40’s no
es cualquier cosa. Al final son un montón de años que han marcado tu vida para
bien y mal en todos los rubros y aspectos de tu existencia.
Pues resulta que estoy a cinco minutos de llegar a los 40 y no podría
estar más agradecida con mi vida, con lo que hoy soy, con lo que tengo y lo que
he logrado.
Me da mucha ternura pensar como me veía y lo que pensé que sería mi
vida hace 20 años por ejemplo, también me da paz reconocer todo lo que ha
pasado en 10 años. Abrazar y empoderar el que no soy la misma que era, ya déjense
hace 20 0 10. Soy otra del año pasado para acá o de hace un mes.
He leído en incontables ocasiones que entre más años pasan la vida se
va poniendo mejor, y saben esto es brutalmente cierto, sin duda ahora me siento
mucho más segura de quién soy, de lo que quiero, de qué es lo que me gusta,
pero mucho más de lo que no me gusta.
Aprendí a poner límites sanos. A entender la importancia de la salud,
a cuidarme y procurarme en este sentido mucho. A entender que no soy un peso y
una talla, pero que el estar en mi peso y en mi talla, va más allá de un tema
estético antes que nada es un tema de salud. Y lo más importante de todo es quererme como soy, sin comparaciones.
Comprendí que lo más valioso no es lo que tenemos sino a quién tenemos.
Que el dinero puede comprar todo, y es muy necesario más en situaciones de
salud. Pero el dinero tenemos que entender no nos da la felicidad.
La felicidad es algo que te tienes que procurar diario, que lamentablemente
no es una constante. Pero si es una elección y depende de cada uno el irla buscando y
conseguirla.
Es un mucho dar y recibir, al final del día si quieres ser feliz, haz
feliz a alguien. Si quieres recibir da un mucho de ti. Todo está en tu entorno
y en las personas de las cuales te
rodeas. Si haces que tus redes de contacto cercano sean buenas, esto se
reflejará en tu vida.
Siempre busca estar rodeado de
buenas personas pero más importante aún tú se una buena persona y eso siempre
traerá beneficios a tu vida.
Goza las sorpresas y los momentos inesperados que te va regalando la
vida. A veces quién menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias.
Yo conocí a mi novio de la forma más rara, la cual jamás me podría haber
imaginado, y ahora llevamos un año y meses viviendo juntos, siendo cómplices de
nuestras vidas, construyendo memorias inolvidables.
Entendiendo día a día que es en las buenas, pero más importante aún
en las malas. Que el amor se procura diario, que se construye la relación, que
no somos complementos de nadie. Somos una pareja de personas felices que día a
día eligen compartir su camino. El cual a veces es verdaderamente fácil, lleno
de carcajadas, de besos al por mayor y de momentos lindos.
Pero también hay otros más muy complicados, llenos de pensamientos
individuales que no coinciden de formas de ser que nada más no logran ponerse
de acuerdo, de incomprensiones, y de situaciones nada lindas. Que el superarlas
creo que ha sido de lo que más me ha hecho crecer.
Salir de mí al cien para entrar en un nosotros, ha sido lo más fuerte
y a la vez lo más increíble que me ha sucedido.
La teoría sin duda no tiene absolutamente nada que ver con la práctica.
Y el ir rompiendo tabús e imposiciones que desde pequeña vas escuchando es bien complicado. El separar lo que son las
relaciones de los demás ya sea cercanas o lejanas, y entender que lo que les
funciona a los demás no necesariamente es bueno para ti tiene su truco.
Saben creo que muchas veces nos aterra la felicidad, nos da pavor
entender que está construida en momentos tan simples como una sonrisa, un
abrazo, una vista del volcán, un ¿llegaste bien?. Un lo siento, o me perdonas.
En esta era en que todo es digital y constantemente nos están
bombardeando con cosas materiales, muchas veces creemos que entre más tengamos
posiblemente más felices seremos, y entonces vamos persiguiendo cosas
materiales para ir “siendo felices”.
La salud es la felicidad y vaya que esta pandemia se ha dedicado
durante dos años a recordárnoslo diario. Un café por la mañana es la felicidad,
un abrazo de alguien a quién le importas.
Un café entre amigxs, un trago con alguien que te cae bien y que gozas
su plática, ver el capítulo de la serie que te gusta, picarte con un libro.
No se si les pasa, pero a lo largo de mi corta vida, me ha pasado
muchas veces que me entran crisis existenciales de ¿Qué rayos estoy haciendo de
mi vida, que tengo, que he construido, cuál está siendo mi huella, a donde
estoy destinada a estar?
Y pues nada que más de las veces que me gustaría admitirlo, no estaba
en el lugar que quería o que yo pensaba que tenía que estar. Y pues de a pocos
he entendido, que no por no estar donde quiero, no significa que no lo estaré
algún día.
La verdad es que si soy bien honesta tengo que admitir que en cada
etapa estaba exactamente donde estaba destinado a estar, para aprender la
lección que me conduciría al lugar siguiente y al momento adecuado.
Creo que una de las mejores lecciones al respecto es entender que ya
aprendí a confiar en el presente.
Soy una persona sumamente perfeccionista, controladora y que quiere
que las cosas sean como quiere basadas en su sentido común. Y pues el ir
soltando esto es un reto diario.
El entender que no me debe
aterrar la felicidad y que la debo de gozar conforme se va presentando, porque
todo pasa, tanto lo bueno como lo malo. Es algo con lo que ya me reconcilie.
Y en eso radica la vida en entender que somos instantes y que esa temporalidad
y lo efímera que es la vida, es lo que la hace sumamente interesante.
A veces basta con mirar las cosas de frente para que empiecen a
existir. Se apasionado en lo que haces y tus sueños se harán realidad.
No puedo estar más agradecida por estos 39 casi 40 años de vida. Tengo salud, tengo a
la mejor familia, y el mejor núcleo que podría querer, tengo un trabajo que me
encanta y una pareja que me hace feliz y con la que estoy construyendo una
vida.
Si abro los ojos y veo los simples detalles de la vida, puedo ser lo
suficientemente humilde para dar gracias por todo lo que tengo y dejar más que
de lado lo que no tengo.
Agradezco el mirar a los ojos porque desde ahí veo claro. La mirada
expresa muchas veces lo que no pueden decir las palabras.
Agradezco los abrazos que se dan fuertes, esos en los que te sientes
cuidada, esos que funden los cuerpos, y que tocan el alma.
Agradezco las palabras de aliento, esas que te estimulan, y que te ayudan.
Esas palabras que de solo escucharlas te empujan a moverte. Creo en que te alimenten
el ego y te hagan sentir lo más del mundo, y no que te alimenten las inseguridades
que solo provocan malos ratos.
Agradezco los silencios certeros esos que aparecen justo cuando lo
que hay para decir es nada. Esos silencios que vienen perfectos para reflexionar
sin pronunciar palabra.
Agradezco infinitamente la amistad genuina, esa que es pareja y pura,
ese tipo de amistad que nunca resta porque solo sabes de sumas, divide tristezas
y multiplica momentos increíbles, que forman las mejores memorias.
Agradezco el amor verdadero
ese que es una construcción diaria y cuando te das cuenta ya llevas mucho
tiempo juntos. Ese que puede complicarse pero por nada termina.
Agradezco cada instante de esta historia que se va contando y que ha
tenido de todo: momentos buenos, regulares, malos. Carcajadas, lagrimas muy
dolorosas, pérdidas irreparables, momentos de éxito, múltiples fracasos.
Pero que si les soy bien honesta el conteo por
mucho deja saldo
A FAVOR.
Como diría Bukowski “Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan
bien nuestra vida…que la muerte temblará al recibirnos”
Gocemos cada instante, valoremos, agradezcamos y si tenemos suerte dejemos la suficiente huella, como para que cada que alguien nos recuerde lo haga con una sonrisa.
Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.
MJBDU
Comentarios