-HAGAMOS RUIDO-

 


Un año de pandemia, podría decir que rápido, pero no. Siendo bien honesta ha sido un año de des construir tantas cosas. De cambiar tantas cosas, de modificar comportamientos, planes, ideas, de dejar atrás sin más, la vida como la conocíamos antes.

Sí, esa vida de salidas a placer, de ir por las calles sin miedo a contagiarnos, de no tener presente a cada segundo que esta enfermedad se puede complicar para mal.

De no usar cubrebocas, de no tener las manos hechas una mierda por las constantes lavadas de manos y el uso de gel antibacterial.

Para bien o para mal este proceso creo que es único, personal, intransferible. Creo que a estas alturas de la pandemia, todos hemos tenido un encuentro cercando con el Coronavirus. Y este nos ha transformado de mil formas.

Y creo que uno de los aspectos más importantes a cuidar y a tratar, aparte de la salud que es básica. Es lo emocional. Cada uno ha vivido este proceso de transformación y de cambio de distintas formas. Un año de encierro por donde se vea no ha sido cualquier cosa.

Y creo que ha estado dejando secuelas para algunos más evidentes y para otros menos. Pero al fin y al cabo, a cada uno nos ha ido repercutiendo.

Y ante esto creo que tenemos que hacer ruido, sí, mostrar lo que sentimos, sabernos hartos y expresarlo, a veces confundidos y decirlo. A ratos enojados por lo que ya no podemos hacer y que es válido.

Hagamos ruido ante las personas que han muerto y que duelen y que nos han dejado un hueco en el alma. Gritemos de amor, de melancolía de añoranza.

Siento que en la medida que nos permitamos ir reconociendo que este proceso de cambio ha sido duro, que nos ha quitado mucho, y al mismo tiempo nos ha dado tanto, quizá será un mejor catalizador de emociones.

Y es que muchas veces no nos permitimos sentir, ser, expresar. Cuando lo más sano en ocasiones es externar.

Hay tanto por lo que agradecer, pero también lo hay por lo que estar hartos. Y es que nuestra vida dio un giro de 180 grados, y ojo que fue un cambio que nadie pidió, o siquiera quería.

Que ha tenido aspectos positivos pero claro, el universo se equilibro, sanó.  Pero también los ha tenido negativos. Muchos negocios han tenido que cerrar debido a esta pandemia, lo que implica gente que se quedó sin trabajo, y no solo son las personas que se quedaron sin trabajo sino toda la esfera a su alrededor.

Muchos más se han muerto dejando a familias destrozadas, la economía está en una crisis bastante preocupante.

Y siento que es momento de alzar la voz: ante lo que nos preocupa, ante lo que nos concierne, ante lo que se tiene que hacer de forma inmediata, a mediano y a largo plazo.

Toda esta revolución de sentimientos, de ideas, de cosas por hacer que se escuche y que sea fuerte.

Que nuestro ruido apague las dudas, la negatividad, los sentimientos que no nos dejan nada bueno, que nuestra voz se escuche tan fuerte que el amor llegue a quién tenga que llegar, que el sentirse acompañado sea evidente para quien lo necesite. Que la palabra de consuelo haga eco en quién debe de.

Creo que una de las lecciones más difíciles que me ha dejado todo esto, porque ha implicado sin duda un día a día, es cambiar el chip DIARIO.

Sí, me he tenido que forzar diario a tratar de cambiar lo que no me resulta, lo que no me hace bien, lo que no me ayuda a crecer, lo que me provoca ansiedad, lo que me paraliza el corazón y apachurra el alma.

Lo que me hace estar irritable, de malas, con una sensación de desasosiego y hartazgo.

Claro que escrito se lee muy fácil, llevarlo a cabo diario, ha requerido todo de mí, y les puedo asegurar que, en un año, hubo incontables días que por más que me lo propuse nomás no lo logré.

Pero también hubo días que sí, que me animaron a intentarlo al otro día una vez más. Creo que si nos permitimos irnos concediendo un día a la vez en nuestras vidas, en el que si fallas no pasa nada porque al otro día lo puedes volver a intentar.

Días en los que te fue brutalmente bien, y no quieres que se terminen, pero que si eres bien honesto y si te empeñas, sabes que se pueden repetir, o quien sabe hasta superar.

Todo depende de nosotros y hasta que no entendamos a ciencia cierta, lo poderosos que somos, y el poco valor que tiene lo externo vs lo interno. Se nos va a complicar quizá la vida un poco más.

Pero cuando lo tengamos más que dominado, que creo que eso es un proceso diario. Todo quizá será mucho más sencillo.

Creo que mi idea central es hagamos ruido mucho, lo más que podamos, externemos todo lo bueno, para que haga eco, saquemos lo malo, para que se cambie. Y en el inter esforcémonos diario para tener un chip que nos beneficie, y mucho.

Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.


Este post va dedicado a mi amiga Frida, gracias por darme una gran idea.


MJBDU




Comentarios

Genruchis dijo…
Te extraño Josefa! Me gustó mucho! Ya estamos cansados de esto y de no poder hacer una vida normal. Te quiero

Entradas populares