-VIBREMOS EN EL AMOR-



El 2020 fue un año que nos revolucionó a todos, que nos tocó de maneras inimaginables, que puso de cabeza muchas cosas internas y externas, y que dio giros en nuestras vidas, para muchos de 180 grados.  


Ya saltamos a un 2021 y este año no pinta a  escasos días que llevamos, para ser más fácil, o mejor.  


Mi percepción a medida que voy ganando años, y que voy entendiendo que los hay de todo, tanto unos que te dejan con el mejor sabor de boca, como otros que te urge que terminen de lo complicados que fueron, pero en definitiva estoy convencida que no hay años malos o buenos. 


Hay años de aprendizajes y fuertes, de momentos que te gustaría jamás haber pasado, otros más que son tan disfrutables y lindos, que te gustaría congelar el tiempo para que se volvieran eternos.  


Pero lo complicado por lo real, es que no se puede ni lo uno, ni lo otro. Creo de corazón que la forma en que se debería evaluar un año, es en la medida en la que fuimos capaces de: reír, amar, de aprender, de perdonar, de seguir adelante, de ser valientes, de pedir perdón, de super cosas y superarnos como personas, dejar de lado el egoísmo, abrazar la resiliencia, desafiar nuestro ego, olvidar los apegos, y hacer un esfuerzo constante y diario por tratar de lograr el equilibrio emocional tan buscado, a través de la congruencia y ser mejores personas diario. 


Le tenemos tanto miedo al sufrimiento, a la muerte, al desapego, al fracaso, que muchas veces no terminamos de entender, que ellos son las mejores fuentes de aprendizaje que podremos tener en nuestra vida.  


Lo que pasa en muchas ocasiones es que lo cómodo, lo que no representa esfuerzo, lo que se da fácil, es lo que nos provoca seguridad. 


Y es que no nos enseñaron, que en ocasiones lo que más amas es lo que más te puede lastimar, que el aprendizaje viene en diferentes presentaciones. Que los cambios duelen, pero la mayoría de las veces traen cosas buenas, y si somos lo suficientemente valientes para hacerlos la vida nos recompensará por ello. 


Entender la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, y mejor aún con las que sí queremos depende sólo del cultivo de la voluntad.  


Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. 


Si hay disposición siempre se encontrarán los recursos para hacer los cambios que sean necesarios. Y nunca olvidemos aunque estemos en el peor momento, y obvio en ese momento no será fácil recordarlo que: “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.  


Justo ahorita que está empezando el 2021 y con todo el aprendizaje del 2020, estoy decidida a  construir un buen año. ¿Cómo? aprendiendo todos los días a ser mejor,  entendiendo que a esta vida vine a tres cosas: -a aprender a amar -a dejar huella -a ser feliz. 


No olvidemos nunca que el amor, el buen trato y el respeto deben ser pilares en cualquier relación. Tratemos siempre de ir construyendo relaciones duraderas, de esas que cuando piensas en ellas lo único que te provocan sean sonrisas. 


Quiero ir por la vida dejando huellas y no cicatrices y eso solo depende de mí, de nadie más. Un buen camino para lograrlo es, ser buena persona, tratar a los demás como me gustaría que me trataran, ser mejor cada día e ir creando calidez dentro de mi casa,  haciendo hogar que para mí no es un lugar es un sentimiento.  


Me empeñaré en disfrutar los pequeños placeres de la vida, los amaneceres y atardeceres, las pinceladas de colores que nos regalan diario, las formas de las nubes, las lunas llenas, cada sorbo de café, los tragos de vino, los chocolatines y todo lo que me provoca bienestar, los besos, los abrazos, los amigos, mi familia. 


Busco crecer en lo espiritual, que para cada uno es una referencia distinta, es algo que se tiene que cultivar, cualquiera sea la visión personal. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual. 


Estamos inmersos en lo material, y hasta que no volvamos a lo realmente importante a entender que el caos se está provocando porque las personas fueron creadas para ser amadas, y las cosas para ser usadas, solo que resulta que ahora amamos las cosas y usamos a las personas. Y no es por ahí, es justo en lo opuesto. 


Demos paso a la conversación, y dejemos a un lado los celulares, las tabletas, las computadoras, dosifiquemos lo digital, ¿Y sí volvemos a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a las charlas con amigos en tiempo y forma real? 


Valoremos a nuestras familias, ese núcleo es el lazo más fuerte que tendrás de por vida. Es ese lugar al que siempre pase lo que pase sabes que podrás volver. 


Decretemos ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas,  sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos los mismos. 


Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro. 


Somos lo que damos y lo que damos siempre vuelve a nosotros, por eso seamos muy cuidadosos.  


Siempre se va a tratar de una historia de amor. De amarte a ti mismo, de amar a los demás y como mantenerte en la vibración del amor.  


Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.


MJBDU




 

 

Comentarios

Laurix dijo…
Hola Maja, me encantó, es una reflexión que debemos poner en práctica, queremos la vida fácil sin salir de la zona de confort, el egoísmo nos bloquea y limita, vivimos una era de competencias, el querer ser mejor que otros, en no reconocer el éxito ajeno, la tecnología está sustituyendo la complicidad de una mirada, un beso, una caricia, nos perdemos las maravilla de la naturaleza,un amanecer, la puesta del sol, el canto de los pájaros, el primer paso de un bebé y todo por estar pegados a un aparato telefónico, televisión, computadora, etc., gracias por hacernos ver de lo que nos estamos perdiendo, que cada día vibremos en el amor. Cuídate mucho, abrazos ��

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