-180 GRADOS-

  


Hay veces que los cambios no se dan de a pocos, sino de golpe. Este 2020 ha sido un claro ejemplo para absolutamente todos. De un momento a otro, la pandemia nos puso en jaque a la mayoría. Todo lo que conocíamos como cierto, como seguro, o simplemente como cómodo desapareció.  

Nos olvidamos de las salidas cuando quisiéramos, de los planes con amigos, con nuestra pareja, con nuestra familia, de las cosas más básicas como los saludos.  

Ahora todo es traer cubrebocas, estarte cuidando en extremo, mantener la sana distancia, y salir a lo básico necesario. 


Acabo de ver a una amiga que hace muchísimo que no veía y conocí por fin a su hija, que tiene poco menos del año, y fue tan raro tenerlas que ver de lejos, con cubrebocas, sin abrazos o besos, porque lo que toca hoy es la sana distancia, y el cuidado extremo. 


Creo que hemos pasado por todas las etapas este año: miedo, incertidumbre, dolor, hoy en día a más de uno ya nos tocó el tener algún caso de alguien sumamente cercano que se contagió, y que quizá no la libró.  


Así que nos ha pasado que nuestras vidas han dado giros de 180 grados. Me  incluyo en esto al 100%, mi vida desde hace 6 meses cambió por completo, resulta que mientras el mundo hacía pausa y nos obligaba a salir de lo cómodo y a tomar retos y rumbos inesperados, pues más de un cliché se hizo presente, conocí no al amor de mi vida, sino al amor de mis días.  


Ese que como los buenos clichés dicen “llegó en el momento menos esperado, de la persona que jamás hubiera pensado”, pero que siempre me había imaginado que quería terminar con alguien así.  


Si me hubieran dicho hace algunos meses que en plena pandemia me iba a enamorar, y que, en ese enamoramiento entraría la locura, la aventura, el ser valiente, el hacer lo que nunca en mi existencia me imaginé que haría, solo me hubiera reído. 


Pero resulta que un día un susodicho, con conocidos en común me escribió un mensaje por una red, empezamos a platicar, me dijo que si me podía robar una canción y pues casual que no solo me robó la canción, sino también la soltería, mi código postal y más de una carcajada diaria. 


Lo que derivó en una relación que implica una construcción diaria, un dejar mi vida como la conocía hasta ese momento, lo cual no es cualquier cosa. Porque fue dejar los desayunos con mi papá y nuestras caminatas diarias. 


Fue decir hasta pronto a mis sobrinas a las cuales amo con locura, a mi familia en general, mis amigos, mi rutina hecha y cómoda, para entrar en una vida en común, que tiene días buenos, malos y otros ni más ni menos que solo regulares. 


Fue dar un giro de 180 grados, que todos los días implica trabajo, que necesita amor, que requiere el salir de mí para entrar en un nosotros, que aunque es algo que me trae cosas buenas, también me hizo dejar otras igual de buenas, porque cada decisión y elección conlleva a una renuncia.  


Lo que no implica que sea malo, simplemente es una realidad. Y a veces la realidad es dura. Y es que no hace mucho leía una frase que me encantó: claro que podemos tener todo, solo que no al mismo tiempo.  


Así, en un año que ha sido una locura total para todos, mi vida dio un giro de 180 grados y ante eso creo que mi primer palabra es gratitud, por todo lo que Dios y la vida me está brindando, dos apertura al cambio. 


Creo que de las cosas que más nos cuestan o al menos a mí. Es salir de lo cómodo para aventurarme a la incertidumbre de lo desconocido, de lo que no sabes si va a resultar bien o mal. 


Pero muchas veces se nos olvida, que nuestros días son la suma de momentos construidos diarios. Yo siempre dije no quiero a alguien que me prometa y me jure, busco a alguien que me enamore diario, con el cual pueda construir una vida llena de días, que sumados formen un wow ya viste cuánto tiempo llevamos juntos. 


Alguien que no me quisiera soltar a pesar de todo, y de todos. Y pues me lo topé y hoy lo estoy gozando al máximo. No es un cuento de hadas, porque nunca he creído en ellos. 


Jamás me gustó el y vivieron felices para siempre, caray no sé que voy a hacer mañana de mi vida, ¿cómo le puedo prometer a alguien amor eterno?. 


Prefiero que nos prometamos una construcción constante de: momentos, risas, vinos, cafés por la mañana, de besos sin razón, de planes improvisados de carcajadas inolvidables, sexo delicioso, de pleitos y reconciliaciones, de pláticas eternas, de querer conciliar, de jamás olvidar quiénes somos y lo que queremos construir, porque al final se trata de ser equipo en la vida, de toparte con un mejor amigo que sea tu cómplice de aventuras y tu compañero de crímenes en el día a día.  


Que aún con las ganas que te den de matarlo a veces, lo veas y pienses es más el amor que le tengo,  y si somos honestos no te verás guapa con el traje a rayas de la cárcel, no lo hagas. 


Que suerte coincidir, sentir lo que sentimos, la decisión de ser valientes, nadie tiene la fórmula del amor, o la razón de qué es lo mejor, solo hay una complicidad entre las parejas, sus ideas, y las ganas de que todo vaya bien. 


 Que loco que el año más raro haya sucedido, pero por otro lado también creo que no podría haber sido de otra manera, ya que todo se acomodó justo en ese momento para que sucediera.  


Los incrédulos dirán que es un cliché, pero yo me inclino a pensar que quizá fue la serendipia disfrazada de destino, Dios jugando a cupido, y nuestras almas viejas volviéndose a topar una vez más. Y nosotros estando abiertos a que la vida nos sorprendiera.


Así que por lo pronto, me dedicaré a aceptar y a tratar de disfrutar de este cambio de 180 grados que me brindó la vida. 

 

Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.


MJBDU

 

 

 


Comentarios

Maya dijo…
Maria te mereces cada uno de esos 180 grados!! Y que placer leerte! Que sigas disfrutando y ojala no veamos pronto!!

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