-PACIENCIA PEQUEÑOS SALTAMONTES-


Hay dos cosas que te definen: tu paciencia cuando no tienes nada, y tu actitud cuando lo tienes todo.  


La paciencia es algo que en serio no se me da de manera fácil; en verdad me cuesta muchísimo trabajo. Siento que un poco de este tema es por qué cuando papá Dios repartió la paciencia, yo me equivoqué de fila y me volví a formar en la de la desastrosidad y he ahí el por qué soy como soy.  


La paciencia desde mi particular punto de vista es una virtud, es la mejor compañera de la sabiduría, es saber que todo llega cuando tiene que llegar, que todo pasa en el momento preciso, correcto y exacto. 


En este rush de vida que cuando somos adultos nos va consumiendo, en nuestros días siento que algo que nos va sucediendo es que cada vez más nos va costando ser pacientes. 


Muchas veces no nos damos cuenta que la paciencia es nuestra mejor aliada porque es la que nos impide tomar decisiones  apresuradas que se pueden volver no acertadas. 


Es la que nos hace entender que todo llega a su tiempo, sí justo ese exacto que en muchas ocasiones no va a ser el mismo que el que tú tenías en mente, o dentro de tus planes. 


Siento que conforme van pasando los años y vamos creciendo ante eventos muy importantes de nuestra vida nos damos cuenta que apresurar las cosas, y no dejar que vayan fluyendo es lo que hizo que, en más de una ocasión, no todo saliera de la forma en la que tú querías. 


Pero pues nos gana la impaciencia, nos carcome el rush, el querer todo YA en el momento que para nosotros es el mejor, y quizá empezamos a forzar en lugar de dejar fluir. 


Cuando el universo empieza a conspirar a tu favor te vas dando cuenta que todo va pasando en el momento preciso, sin prisas, con paciencia, todo se va cocinando a perfección, se va sintiendo bien a cada paso en cada momento. 


La paciencia requiere autocontrol, hay veces que estamos inmersos en situaciones que no son las mejores, o en las que quisiéramos estar y que requieren de toda nuestra paciencia. 

 

El talento para resistir en situaciones de plenitud, o de espera prolongada es todo un reto a lo inmediato, las personas pacientes no desesperan, las impacientes cuentas los días, las horas y los minutos. 


Algo que he descubierto a lo largo de mi vida es que la paciencia en más de una ocasión me ha traído más cosas buenas que malas, me ha evitado cosas fuertes como una mala relación, por ejemplo, al hacer una mala elección de pareja por apresurar las cosas.  


Porque saben es más fácil frustrarte y abandonar, que mantenerte en lo tuyo en lo que sabes que, a la larga, (ojo que, con esa incertidumbre muchas veces llega la impaciencia, pues no tienes idea de cuándo será) va a ser lo mejor para ti. 


Persistir a pesar de lo molesto de la espera, eventualmente te da lo que siempre quisiste, la carrera de tus sueños, el trabajo que siempre anhelaste, el mejor novio, el viaje que jamás olvidarás. 


Desde que tengo 10 años quise conocer Europa y no fue hasta los 26 que lo pude lograr y sin duda ha sido una de las esperas más especiales e inolvidables de mi vida. 


La paciencia puede llevar también a la asertividad, creo que esta es la forma de paciencia que más me cuesta, el tener que hacer cosas que no quiero, escuchar a personas que nomás no coinciden conmigo o que no me aportan, porque además esta forma de paciencia no te da la oportunidad de aprender, más que justo a ser más paciente. 


A entender que no todos van a ser como tú, a pensar de la misma manera en que tú lo haces, a hacer las cosas de la forma en la que tú las harías. 


 La paciencia puede consistir en esperar por el momento perfecto para llevar a cabo una acción deseada, ese que cuando la logras ves que no podría haber sido más que justo en ese instante que está sucediendo. 


No antes, no después, justo en el momento exacto, porqué además así se siente, y así fluye y así es. 


Estoy convencida que sí sin duda la paciencia es algo que me cuesta mucho trabajo, pero también estoy segura que me ha dado las mejores cosas de mi vida, los viajes más brutales, las historias más increíbles, las vistas más lindas, los besos más ricos, los planes más repetibles. 


Y es que seamos bien honestos: cualquier cosa se puede obtener mediante constancia y paciencia. Solo es cuestión de aplicarlas y esperar los resultados. Lo mejor se hace esperar, se sabe. 


Cuenténme ustedes son team pacientes o team impacientes.


Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó este post compártanlo en sus redes sociales para que más personas se enteren.


MJBDU

Comentarios

Yo, era (y soy impaciente) aprendí a controlarme gracias a una amiga Mormona, comprendí lo bueno del autocontrol.
Buen fin de semana.

Entradas populares