lunes, 25 de noviembre de 2019

-NORMALICEMOS LO COTIDIANO-


El mundo de las redes sociales es de lo más divertido que hay desde mi particular punto de vista. Tienes variedad y espacios donde puedes ir subiendo fotos, pensamientos, puedes estar en contacto con tu familia como en el caso de facebook. 

En Twitter tienes un espacio enorme para ir compartiendo tus pensamientos, hilos, convicciones, música, fotos, formas de ver la vida y el mundo.  

Una tema que desde hace años llevo cuestionándome es ¿Qué tanto las redes nos alejan de los que estamos cerca, y nos acercan de los que estamos lejos?. Creo que el buen uso de la tecnología ha hecho grandes avances que no terminamos aún de calcular.  

Es impresionante como gracias al internet y al whastapp por ejemplo puedo estar platicando al mismo tiempo con mi amiga Española y mi amiga Francesa, que viven en España y Francia. Yo desde México, o puedo hablar horas por teléfono con mi primo que vive en Estados Unidos. Que increíble que sea 2019 y ya tengamos ese alcance.
  
Pero a la vez si les soy sincera creo que una gran desventaja, es que las redes sociales son sumamente presionantes, y te consumen una gran cantidad de tiempo. Debemos de ser muy cuidadosos en cómo las usamos y creo que muchas veces no lo somos.  

De repente te topas redes como el Instagram en el que te saturan con estímulos visuales impactantes, lo cual en ocasiones nos hace creer que nuestras vidas no son “tan perfectas” como las de ciertos perfiles, y entran las comparaciones, y los traumas, cuando yo siempre he dicho que no todo lo que ves y lees, es.   

Alguna vez nos ponemos a pensar que hay detrás de esos perfiles “perfectos” porque la mayoría de las personas lo que subimos son los momentos lindos, la foto en la que sales bien, la comida que se ve deliciosa. 

Nadie sube la foto de las palomitas  quemadas que sabían horrible, mientras tienes cara de vómito por cómo huelen ¿verdad? Esos momentos nos los guardamos para nosotros. 

Siento que hoy en día estamos saturados de tantos estímulos por todos lados, que se nos ha olvidado en verdad cómo ser reales. Creo que ya olvidamos lo que significa estar desconectados de la vida virtual para centrarte en la vida que está ahí, sin el flash perfecto, o el tuit exacto, o la anécdota maravillosa, mientras compartes el meme que sabes será un éxito.  

Los tuitstars que tienen millones de seguidores, o influencers  que todo el tiempo tienen likes y que constantemente te venden todo lo que sus patrocinadores les indican. Son parte de esta saturación.  

¿Pero a dónde quedaron los dolores de cabeza, los días que estas roto y que no puedes ni con tu alma, las fotos en las que tienes cara de locura después del peor día de trabajo, los berrinches de los niños, las infidelidades, la comida que sabe asquerosa? 

Nos han hecho creer que así debe de ser la interacción cuando esa no es la realidad de las vidas, ni el día a día. Normalicemos de una vez por todas la imperfección; el estar de malas, no disponible, estar nostálgico, enojado, triste, insoportable, el no querer interactuar con nadie, las pésimas fotos.   

Por favor el tener vidas reales fuera de la irrealidad perfecta de las redes sociales. Siento que un día de estos cualquiera va a dejar ir al amor de su vida que está pasando justo a su lado, mientras la persona está escribiendo en redes sociales, que se quiere topar con alguien. Y estamos tan inmersos en lo virtual que ya no prestamos atención a lo presencial. 

Se nos están escapando momentos increíbles. Quizá mientras estamos tomándole foto a ese atardecer alguien nos está sonriendo y por estarlo posteando ni nos enteramos. 

¿Qué tal que empezamos a equilibrar y a prestar más atención a lo que requiere que se lo prestemos? 

Y si normalizamos que no podemos estar disponibles para todos, todo el tiempo. Que a veces nos rompemos, nos saturamos, estamos de malas, que hay días que sin más necesitas tu espacio.  

¿Por qué no aprendemos a parar de repente?. Y si recargamos energía para seguir, porqué aunque no lo parezca o no lo crean, las redes sociales te quitan una cantidad impactante de energía y tiempo. Hay veces que la pueden aumentar, pero en muchas más ocasiones la pueden bajar, hasta terminarla por completo. 

Nos saturamos de malas noticias, de cosas negativas, de mala vibra y eso por más nos afecta. Hasta irnos quitando el equilibrio. Paremos hasta que nuestra alma nos alcance, re-carguémonos y sigamos. Normalicemos darnos tiempo para  nosotros. 

Como conclusión: entendamos que las redes sociales son una gran herramienta, una de las mejores si me descuido, pero al final del día no son la realidad.  

Aprendamos a equilibrar el mundo virtual y el real, y a entender que no existe tal perfección como la que de repente se muestra en ellas. 

Evitemos a toda costa las comparaciones y la envidia. Tomemos todo lo positivo, dejando de lado lo negativo, entendiendo que debemos normalizar expresar nuestras emociones todas; las buenas las malas, los días regulares.  

Si no queremos subir las pésimas fotos que todos tenemos,  se vale, pero entonces también seamos conscientes que las personas en la vida real no siempre vamos a vernos igual de bien. Y no es que estés engañando es que claro que a todos nos alimenta el ego el que nos digan que qué buena foto y qué bien salimos. Así que subimos las fotos que más nos benefician. 

Por último normalicemos lo cotidiano.  


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MJBDU 



lunes, 18 de noviembre de 2019

-EL ARTE DE UBICARNOS EN LA TEMPORALIDAD-


 El tiempo es difícil de controlar. Es temporal, es nostálgico, requiere enfoque. Produce ansiedad o tranquilad. ¿Cuántas veces no hemos escuchado la trillada frase de que debemos de vivir un día a la vez y vivirlo como si no hubiera mañana? Al menos yo unas cientos de veces.  

Siento que ese pensamiento cuando eres pequeño es mucho más fácil llevarlo a cabo, porque las responsabilidades y consecuencias no son tan grandes a las que vas teniendo conforme vas creciendo. 

Conforme vamos creciendo hay aspectos como los emocionales,  en los que quizá la temporalidad sí es más fácil de llevar. Podemos aprender a estar en el presente día a día, sin vivir en el pasado que muchas veces  no nos deja nada bueno, y tampoco viendo constantemente al futuro que solo nos provoca ansiedad. Haciendo eso quizá notemos que nos podemos conducir con una mejor inteligencia emocional.  

Lo temporal es analizar nuestras experiencias diarias de vida: el pasado ya no existe, aunque muchas veces lo estamos llevando al presente por un interés o una pregunta, o para un cálculo a futuro. El futuro aún no está, solo que cuando estamos tratando de construir o pronosticar en el presente es imposible no considerarlo como variante en algunas situaciones. El presente es lo único que tenemos aunque cual ley de murphy es lo más fugaz y efímero.  

Hay dos formas temporalizantes de experiencia: la duración, que se refiere al paso en el tiempo y puede tener diferente longitud; y simultaneidad, que es la sucesión y la singularidad e irrepetibilidad del evento 

Esto es súper fuerte al final de día nunca nos va a pasar lo mismo dos veces. Todas estas experiencias sobre el tiempo afectan cómo periodizar, cómo representamos el tiempo, cómo caracterizamos eventos del pasado o pretendemos predecir o prefigurar eventos futuros, y también cómo discriminamos qué conceptos van a ser más fructíferos. Y justo ahí es donde es más complicado el ir dominando el arte de ubicarnos en la temporalidad.  

veces  vivir en el presente no es lo más fácil ¿cierto?. Cuando tenemos que tomar decisiones fuertes de vida que implican cambios, ¿cómo de manera involuntaria no proyectarnos en el futuro?, ¿cómo mantenerte en el presente?  

Es real nunca sabemos cuándo será nuestro último día, ni cuándo será la última vez que dijimos ese te quiero o que incluso no lo dijimos. Por eso digo que en el plano sentimental quizá sí lo adecuado sería plantarnos en el presente y vivirlo hasta las últimas consecuencias, como si no hubiera mañana y cuándo este llegue, pensar que quizá mañana no lo habrá. 

Así nos centraríamos en actuar de manera presente en las decisiones que inconscientemente van construyendo nuestro futuro. Y tal vez todo sería más real y más fácil. Porque sí es un hecho que cada oportunidad que tomamos, e incluso las que dejamos de tomar, cada decisión consciente e inconsciente nos va llevando hacia allá.  

mi  la palabra para siempre hoy por hoy se me hace de lo más irreal. Como le puedes prometer a alguien que vas a estar para siempre a su lado, cuándo no termino de descifrar y saber qué es lo que será de mi mañana. Se me hace mucho más real creer que todo para siempre está hecho de muchos ahoras, de un incansable empeño por perpetuar lo que con locura se ama en ese instante. 

¿Por qué no centrarnos en ir construyendo relaciones basadas en un día a la vez? Que vayan construyendo los suficientes días hasta que un día digan hasta acá llegamos, o la muerte nos separó. Pero con el mismo amor, las mismas ganas, el deseo intacto de los primeros días, de las primeras citas, de esos momentos que lo único que quieres es estar más y más tiempo con esa persona, sin dar por sentado nada, solo con la magia y la endorfina a tope para que se  más.  

El tener un conocimiento profundo de cada evento complejo que nos ha ido conformando, nos permite relacionar el pasado, el presente y el futuro.  Platicando el otro día con mi primo le decía que todos tenemos eventos claves en nuestra vida los cuales marcan un antes y un después. Que son parteaguas que nos definen como personas. 

 Siento que si realmente aprendiéramos a concentrarnos en el aquí y en el ahora disfrutando todo lo que nos va sucediendo, lo bueno, lo malo, lo regular, la platica, la canción, el beso. Si realmente entendiéramos que nada es tan grave como a veces nos parece, todo sería más fácil. 

Como conclusión: siento que esta cuestión de la temporalidad es un tema sumamente complejo que requiere de toda nuestra inteligencia emocional, resiliencia y congruencia, para llevarlo a cabo diario de la mejor manera. 

 Ojalá y vayamos teniendo muchas oportunidades de ir ensayando y errando para ir aprendiendo a llevar este concepto de la mejor manera.  

Situémonos en el presente cada que podamos para ir disfrutando estos dos días que son la vida pasándolo de lo mejor.  


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MJBDU 


Mi chinuda preciosa

Hoy estás durmiendo acurrucada junto a mí, por quinceava vez en estos días tuve que soltar, olvidar los planes y quedarme en el presente, cu...