“LA MUERTE ES ALGO QUE NO DEBEMOS TEMER PORQUE, MIENTRAS SOMOS, LA MUERTE NO ES, Y CUANDO LA MUERTE ES, NOSOTROS NO SOMOS” ANTONIO MACHADO
Les tengo que hacer
una confesión durante mucho tiempo le tuve pavor a la muerte, soy espiritualmente religiosa, como diría un muy buen amigo,al ser hipster
es lo que me corresponde.
Pero crecí en una
familia muy católica y a pesar de que sí creo en el cielo, purgartorio e infierno,
cada día creo más que éstos son en vida, y que mi relación con Dios es única y
sólo nos implica a nosotros dos.
La primera persona
muy muy muy cercana que se murió fue mi abuelita materna yo tenía 10 años y fue un
evento que marcó a mi familia, mi mamá después de esa muerte entro en una
depresión muy fuerte, lo que hizo que tanto ella como yo creciéramos de un modo
distinto. Que la dinámica de mi familia diera un giro de 180 grados. Y que yo
entendiera que la depresión es una enfermedad crónica.
Creo que un aspecto
que me asustaba mucho de la muerte más allá del no saber qué pasa después de
que el alma deja el cuerpo, es que pasaría conmigo, como sobrevives a la falta
de la otra persona. Más cuando es alguien tan cercano, o alguien que quieres
demasiado.
“Porque
eso es la muerte: vivir ese instante dominado solo por ese instante” Juan Benet
Cinco años después de
la muerte de mi abuelita, se murió también el papá de mi mamá con el cual sí
había convivido, sí nos habíamos tratado y ya tenía memorias que compartir, a
él le debo el gusto por los dulces, el ser fan del beisbol, el caminar por la
calle y que de la nada un extraño me pare y que me diga que tengo cara de mi
segundo apellido. Mi abuelito era sumamente amoroso, inteligente y un abuelo al
que quise mucho. Siempre lo recuerdo con amor y le agradezco las memorias
compartidas.
Una de las
ventajas que tiene la muerte es que existe un ángel más en el cielo cuidando de ti.
y ahí entendí que; nunca vamos a estar preparados para la muerte de alguien que queremos mucho. Yo no estaba en Puebla porque aún vivía en MTY y me costó mucho superar el no poder estar con mis primos, y darle un último adiós.
Pero creo que la muerte que más me dolió; uno porque ya estaba en otra edad y dos porque fue la muerte de mi tío consentido, el hermano favorito de mi mamá, que también era mi tío consentido, el papá de primos que quiero mucho; fue tan doloroso, que pasaron tres años sin que pudiera contar la historia y terminar invariablemente llorando.
Con él entendí que ninguna muerte era fácil de procesar y mucho menos cuando quieres tanto a alguien. También me quedó claro que cuando alguien muere (él fue de las primeras muertes demasiado cercanas de alguien que quería muchísimo) Nunca los dejas de extrañar, simplemente va cambiando el sentimiento, se va haciendo más llevadero.
Con él podía sentarme y tener largas conversaciones sobre nosotros mismos, sin prisa por terminar. Tengo grabada su manera de caminar, el cómo cruzaba siempre las manos detrás de la espalda, su forma de fumar, sus gestos cariñosos, su sonrisa, y todo lo que siempre hizo por mi familia.
Ese mismo año se murió de Cáncer la mamá de mi mejor amiga, con la cual me llevaba muy bien, y la quería mucho. Esas muertes de verdad dejaron huella en el alma, por mis primos, por mis amigos y por todos.
Con él podía sentarme y tener largas conversaciones sobre nosotros mismos, sin prisa por terminar. Tengo grabada su manera de caminar, el cómo cruzaba siempre las manos detrás de la espalda, su forma de fumar, sus gestos cariñosos, su sonrisa, y todo lo que siempre hizo por mi familia.
Ese mismo año se murió de Cáncer la mamá de mi mejor amiga, con la cual me llevaba muy bien, y la quería mucho. Esas muertes de verdad dejaron huella en el alma, por mis primos, por mis amigos y por todos.
En momentos súper fuertes de verdad siempre me he sentido protegida por mi familia en el cielo. Independiente de un tema religioso, hay creencias para todo, yo estoy segura que ellos son mis ángeles y me cuidan en todo momento.
En mi
espiritualidad trato siempre de platicar con ellos, pedirles que me cuiden,
estar cerca ya no en un plano físico pero sí en uno que va más allá de los
cuerpos.
A lo largo de mis
37 se han muerto personas muy importantes para mí, y para los cercanos a mí, tengo un ángel de 8 meses en el cielo, y
siempre es un proceso difícil de asimilar y digerir.
Me gusta creer que
en algún punto de la vida todos nos volveremos a topar, en nuestra mejor
versión y en una felicidad total. Y que hoy son ángeles que me cuidan día a
día.
Siempre se los juro, los he sentido cerca de alguna u otra manera, me encanta reconocer rasgos de mi
abuelito en mi hermano, de mis abuelitos paternos en mi papá, de mi abuelita en
mi mamá.
Amo lo mucho que mi primo favorito se parece a mi tío consentido. Y comprobar una y otra vez como el papá de mi prima la cuida y está detrás de cada una de sus decisiones importantes y que su magia está con ella, así como el papá de una muy amiga siempre la cuidará y protegerá.
Amo lo mucho que mi primo favorito se parece a mi tío consentido. Y comprobar una y otra vez como el papá de mi prima la cuida y está detrás de cada una de sus decisiones importantes y que su magia está con ella, así como el papá de una muy amiga siempre la cuidará y protegerá.
Aún le sigo
teniendo precaución a la muerte, aunque ya no me da pavor como antes, siendo realista todos vamos hacia allá, (menos
mis papás que les tengo prohibido morirse y que siempre les digo que son una mezcla
entre Chabelo y Munra, se ríen tanto de mis tonteras.)
Alguna vez vi en una serie, un concepto de la muerte que me encantó, el padre le decía a un católico
Irlandes gay, que estaba atormentado por la idea de irse al infierno. Que él
creía más en el concepto de cielo e infierno como trascendencia.
Hitler siempre será
recordado por todas las atrocidades que hizo, por el mucho mal que causo, y por no dejar una buena huella, eso es el infierno, su recuerdo en la mayoría no es con gusto, cariño o admiración.
La madre Teresa de
Calcuta hizo tanto bien en el mundo, tocó tantos corazones, que siempre será
recordada con gusto y amor. Su memoria siempre será un legado y está llena de trascendencia. Eso es el cielo.
Así que es por eso
que trato de ser buena persona, al final quiero ir por la vida dejando huella en lugar de cicatrices. Me encanta coleccionar memorias y ratos con las personas que quiero,
para después volverlos a pasar por el corazón.
“La muerte es el comienzo de la inmortalidad.”
(Maximilian Robespierre)
Gracias por leerme
y seguirme en esta aventura. Si les gustó el post compártanlo en sus redes
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