-ESTOY HECHA DE PEDACITOS DE Él PARTE I-



PARTE I 

Siempre he creído que hay personas que son parteaguas en tú vida, que cambiaran completamente tu mundo, con las que tendrás una química instantánea. Pues yo hace ya algunos años, tuve una que tal cual eso fue. Hoy tengo que reconocer que estoy hecha de pedacitos de él.

Todo empezó como comienzan las mejores historias: sin planearlo, como la mejor casualidad. Un amigo me pidió que estuviera en contacto con él; porque venía a vivir a Puebla, así que un buen día quedamos por un café, esa primera vez mi único pensamiento fue, este hombre y yo o nos vamos a terminar amando u odiando.
  
Conforme fueron pasando los días descubría que a él, le podía decir cosas que nunca compartía con otras personas; que se interesaba por mí y por todo lo que me pasaba,  absorbía todo lo que le decía, y en realidad le gustaba escuchar más.  

 No se cansaba de compartir momentos conmigo ¡No saben la delicia que era, saber que no se aburría conmigo! Se lo dijo a mi prima un día que fuimos al cine: "Es que de verdad que nunca me aburro con ella", y lo comprobaba yo, cada que salíamos y nunca me quería dejar de regreso en mi casa. 
  
Un día me di cuenta que cuando sucedía algo increíble, no podía esperar para contarle sobre eso, porque sabía que se alegraría casi tanto como yo. O el día que tenía el peor día sabía que contaba con el para que me escuchara y me entendiera. Es más grande que yo, así que valoraba mucho sus consejos; al final él había experimentado muchas cosas que yo nunca había vivido.
  
Reía conmigo todas mis locuras y  ridículos. Nunca me hizo sentir que no era lo suficientemente buena. Al contrario, siempre me procuraba y alentaba. A pesar de mis múltiples berrinches, mal humores y días fatales. Fortalecía mis debilidades, y cedía por mí y para mí.  Él me mostró las cosas que me hacen especial e incluso hermosa. Para mí era una delicia porque era cuestión de almas y no de cuerpos. Siempre fue más allá de todo eso.
  

Las cosas que parecen insignificantes para la mayoría de la gente, entre nosotros eran complicidades únicas. Como el último pedazo del postre, o tomar un espresso juntos. Toda una carretera cantando canciones,  o un paseo; se convirtieron en tesoros inestimables que hoy guardo como las mejores memorias para siempre. 

Sí,  se que suena súper cursi, pero es real, todo era mucho más divertido a su lado, la risa parecía parte de la vida cotidiana, una llamada o un mensaje, siempre traían una sonrisa.  Éxito que tu risa sea su máximo y que le encante escucharte carcajearte. Los silencios eran lo más cómodo. 


 Nunca hubo presión, celos o competencia, solo una complicidad única,  cuando estábamos cerca. Podía ser yo misma y no preocuparme por lo que pensarán de mí,  ¡porque me quería  por lo que soy y quién soy! Así, sin más...

  Preocupante el día que te despiertas y notas, que valió madre, ya piensas en esta persona en cada ocasión y en todo lo que haces. Cosas simples te lo recuerdan como: la canción de "17 años", la Taquería la Oriental, el centro de Puebla,  el fútbol, una canción o un chiste. Las cosas que nunca me interesaron antes se volvieron fascinantes, porque sabía que eran importantes para él, porque él era  especial para mí. 

En tu cabeza  crees que lo tienes bajo control, hasta que un día descubres que ¡ajá! por primera vez estás siendo vulnerable, y que va a ser un volado 50/50. Pero así será; la única forma de permitir que tu corazón sienta un verdadero placer, y esa sensación es tan real que te asusta.

Así hoy confieso que estoy hecha de pedacitos de él:  de su voz, de su caminar, de las risas, los bagels compartidos, nuestro gusto por el jocoque, las cenas imprevistas, las discusiones, los enojos, las fotografías, las esperas a fuera de la casa de cada uno, los paseos con Cuchuflais, los viajes, las sonrisas con sabor. 

Continúa en la parte II

Comentarios

Anónimo dijo…
Sabes que valió cuando todo se vuelve él. 🥰
El amor lo más maravilloso . Gracias por compartir ♥️
Atte. Emma

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