Estamos en un momento crucial en nuestras vidas, y quizá es una buena oportunidad para hacer cambios importantes y para bien en nuestro equilibrio, en nuestra inteligencia emocional, en nuestra resiliencia.
Porque es un hecho que estamos dentro de una situación que no está totalmente en nuestras manos, así que lo único que nos queda es hacer consciencia, y tratar de sacar lo mejor de esta situación.
Menos es más, y todo siempre dependerá del enfoque:
2020 y sí, tenemos casas más grandes, coches más nuevos y mejores, pero familias más chicas, tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Vivimos en un correr diario, y con una sensación constante de que no nos alcanza el tiempo para nada. Porque quizá abarcamos mucho, sin realmente enfocarnos en lo importante en nada.
Tenemos más medicinas, pero menos salud. Y eventos como el que estamos viviendo en este momento nos lo recuerdan de la manera más cruel. Es increíble como una no vacuna, puso a todo el mundo en jaque, llenando a los países de incertidumbre, de muerte y de espacios vacíos.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, a costa de ser workaholics. Y lamentablemente en más de una ocasión de reducir nuestros valores. Le hemos dado todo el peso de nuestra felicidad a lo material, dejando tan de lado lo espiritual, que eso hoy que no podemos gozar como quisiéramos de lo material, nos llena de vacío, por no tener tan fuerte lo espiritual.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Todo es criticar, sin realmente ser críticos, todo es tirar odio, desde el anonimato, solo por el simple poder hacerlo.
Ha cuántos no les ha pasado ahorita en este confinamiento que se dieron cuenta que no tienen idea de quiénes son sus vecinos. Que no tienen idea de con quién cuentan y se sienten más que solos, porque nos fuimos comprando la idea de que podemos solos contra el mundo, y el mundo nos está echando en cara que eso no es ni por mucho cierto.
Creíamos que éramos dueños del espacio exterior, y ahora que nos lo quitaron, tristemente nos dimos cuenta que no tenemos ni de broma bien cuidado, atendido y querido el espacio interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral. Y encima la vida nos trae en jaque dándonos de golpes demostrándonos que todo se puede perder en un segundo. Que hoy tienes pero mañana ¿también?
Juramos que teníamos todo, y ese todo es tan endeble, que se esfuma en un segundo.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría. Y ni hablar cuando esa libertad te la quitan en cuanto a espacio, y te empiezas a cuestionar si realmente eres libre.
Ahora tenemos mucho más variedad de comida, orgánica, con gluten, sin, pero tenemos que estar mucho más pendientes de la nutrición. Porque no todo lo que comemos es benéfico.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios. Porque la comunicación no es buena, porque no hay tiempo. Porque no hay ganas, porque ya nos acostumbramos a lo desechable y a no luchar por lo que vale la pena. La palabra hogar ya es un tema fashion y no algo que se construye en base al amor.
Es tiempo de volver a lo esencial y más importante de la vida, los instantes, las familias unidas, los valores, y regresar de vuelta al AMOR. Es en la unión en donde podemos tomar fuerza para sobrellevar los malos ratos. Que nunca se nos olvide esto.
Menos límites, más metas. Menos whatsapp y más vernos valoremos que no siempre podremos hacerlo, y lamentablemente lo estamos viviendo hoy.
Menos quejas, más dar las gracias por lo que tenemos, por las personas que nos rodean.
Menos no puedo, y más voy por eso; desde la valentía, desde el miedo al fracaso.
Menos planear, y más actuar. Menos miedo y más a darle con miedo.
Menos criticar y más realmente ¿es importante eso, me concierne, acaso lo que digo es positivo y será constructivo?
Menos criticar y más realmente ¿es importante eso, me concierne, acaso lo que digo es positivo y será constructivo?
Menos preocuparse y más ocuparse. Menos fast food y más low food. Menos dar por hecho y más te quieros.
Menos zona de confort y más atraverse. Menos excusas, más actitud ante la vida.
Menos odio y más amor. Menos agresiones, más apapachos.
Menos inseguridades, más confiar en nosotros. Menos dividir más compartir.
Menos inseguridades, más confiar en nosotros. Menos dividir más compartir.
--
6 comentarios:
Totalmente de acuerdo, en esta época donde se privilegia la inmediatez, y en estos tiempos raros y extremos no hay como volver a los básicos y buscarlo verdaderamente importante.
Gracias por tu texto.
Luis muchas gracias por leerme y por tu comentario lo aprecio muchísimo un abrazo.
La forma en que se invierte el más es mejor hacia el menos es más. Menos frenetismo diario para más introspección. La moneda esencial sigue siendo el tiempo y la forma como disfrutas, lo usas y lo compartes. Gran reflexión, gracias.
Siempre hay un propósito en la vida, tienes que encontrarlo, y la vida siempre es buena.
Excelente me gusto mucho.. saludos
Siempre menos es más... Es genial la manera como plasmas la realidad, tus sentimientos y tu forma de ver la vida en toda esta coyuntura. Me gustó. Sigue publicando más. Bendiciones y éxitos.
Publicar un comentario