lunes, 28 de octubre de 2019

¿QUIÉNES SOMOS EN NUESTROS MALOS MOMENTOS?


Soy católica espiritual, mi relación con Dios es mi relación. Cuando eres muy pequeño siendo católico te enseñan que si alguien es malo contigo, pongas la otra mejilla, esto nunca me hizo sentido. Sin embargo un día en una misa de muertos de mi abuelo presencié la mejor misa que le he escuchado a un padre, eso agregado a mi perfeccionismo siento que me ha servido en la vida en incontables ocasiones, y de maneras inimaginables. En resumen, lo que dijo fue: que tienes que ir más allá de ti en la vida. El que tu seas un buen hijo, esposo, novia, hermano, amigo, empleado no tiene ningún mérito en la vida.  

Simplemente es algo que te corresponde, al final son interacciones que se nos dan, y que tenemos que ir haciendo de la mejor manera. El que seas buena persona con alguien que no lo está siendo contigo, eso sí que tiene mérito.  El que hagas algo que te implique un esfuerzo mayor, tiene mérito. 

Entonces me he topado a mí misma, sonriéndole a mi jefe, cuando lo que en realidad le quería decir era que no lo soportaba, ya que me provocó burnout durante un año y medio, a base de acoso, todo el tiempo decirme cosas nefastas y ser un patán.  

Porque sí cuando creces y te vuelves adulto entiendes que va a haber más de una ocasión factores que no dependen 100% de ti, y que no va a estar en tus manos del todo el poder lidiar con eso. 

Una de mis mejores amigas tiene más de 10 años de casada y siempre me ha dicho que cuando tome la decisión de querer compartir con alguien, considere como importante el factor negativo más que el positivo, en las buenas es mucho más fácil que cualquiera esté, en las malas no es tan fácil.  

Que me fije cómo reacciona ante los enojos, ¿cómo es cuando está de malas, cómo sobrelleva las malas experiencias?, porque momentos buenos se tendrán pero sin duda también los habrá malos como: una muerte, una quiebra económica, una enfermedad larga, un cambio de trabajo a otro país, un robo, una depresión,  inserten el ejemplo que quieran. Al final en los malos momentos no sabes al 100% cómo vas a reaccionar.  

Y ahí justo es cuando aplica el consejo del padre, de ir más allá de ti, y entonces si dar ese esfuerzo extra, esa tolerancia necesaria, ese abrazo que tal vez no quieres dar, pero que la otra parte necesita. Esa platica que quizá tu no quieres tener pero que a la otra persona le es necesaria, es salir de tu comodidad, para brindar al otro. 

Se lee fácil cierto, les comento que no lo es en lo más mínimo, al final es intentar ser congruente con lo que dices, lo que haces y lo que piensas, y eso es un trabajo diario, es un análisis que se tiene que ir perfeccionando. Requiere inteligencia emocional, y sin duda mucho trabajo interno propio.

Y es que ¿Quiénes somos cuando estamos de malas, enfermos, tristes, en depresión, en una mala racha económica, en un momento de cero equilibrio emocional? 

Somos de este tipo de personas que encara las dificultades, o huye de ellas, yo sin duda soy partidaria, de la filosofía de Isaac Asimov “Mi filosofía es que las dificultades se desvanecen cuando las encaramos”.  

Todos tenemos distintas maneras de reaccionar, lo que es importante es que sepas cómo lo haces, y sí el cómo lo haces, en los aspectos de tu vida prioritarios, te está funcionando o no.  

La vida a base de muy malas experiencias, de llantos, mentadas de madre, de incertidumbre total, de cambios de vida literal en cuestión de horas. Me ha enseñado que todos y cada uno, ha pasado por malas experiencias en la vida, y el cómo reaccionamos ante ello, es lo que nos define como personas. 

Una lección que yo he aprendido y que me gusta mucho en relación a , es que mis malas experiencias son mías y yo no tengo porqué irlas rebotando en los demás. Ellos no tienen la culpa y yo soy mucho mejor que eso. 

Porque saben alguna vez le escuché a  alguien algo que me llamó mucho la atención porque lo veíamos de manera opuesta. Ella decía que por las buenas era muy buena persona (cosa que no era tan cierta) pero que por las malas era una hija de la chingada.  

Lo único que pensé en ese momento que lo dijo fue, y ni te creas especial, todos tenemos la capacidad de serlo, la diferencia entre tú y yo, es que yo todos los días decido no serlo, y mira que requiere mucho más dominio, equilibrio, inteligencia emocional decidir ser buena persona, que ser un hijo de la fregada. Eso es mucho más fácil sin duda.    

Los malos momentos al final nunca serán eternos, ni vienen para quedarse, al final todo pasa. Ante estos solo necesitamos en muchas ocasiones tener calma, respirar, recordar que todo irá mejor, y que seguro de eso aprenderemos una gran lección.  

Porque sí, muchas veces lo que más nos curte son las malas experiencias. Y a quién más recordamos es a las personas que nos ayudaron a librarlas, y estuvieron ahí para nosotros.  

Siento que por eso también me gusta tanto coleccionar memorias y tomar fotografías al final cuando guardamos los buenos momentos para los malos, tenemos un soporte que nos brinda paz.  

Se que lo que voy a escribir a continuación no es fácil, que de verdad hay veces que tú lo intentas, pero sale de tus manos, pero si decidimos por nuestro bien darle ese giro a intentar ser felices. Todo puede ir un poco mejor, y es que al final esas experiencias son de un día a la vez, hasta que juntas los suficientes días para saber que todo estará mejor. 

Intentemos ser mejores personas justo en nuestros peores momentos, y veremos una chispa de ese cambio, que al final todos queremos en nosotros y en el mundo.  

Como conclusión: cuando estés en un mal momento muchas veces lo que tienes que hacer es no moverte, y como diría Artur Ashe para salir comienza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas.  La vida son etapas y habrá las malas, pero sin duda también vendrán las buenas. Es ir trabajando en nosotros para ir aprendiendo cómo reaccionar ante una y otra.  


Y ustedes cuéntenme ¿Quiénes son en sus malos momentos? 


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MJBDU 

miércoles, 23 de octubre de 2019

-EL AMOR ES UNA NEGOCIACIÓN-


El amor es una negociación sin duda y quién no lo vea así está distraído y no es un buen negociador me queda claro. ¿Pero cómo que es una negociación?. ¿Qué no es un sentimiento puro, que empieza en el se conocieron, se reprodujeron, y aplicaron el  y vivimos felices por siempre?. 

Este es un buen ejemplo de lo que me refiero en la negociación, es ir rompiendo tabús que no son reales, ¿cómo le puedo prometer amor eterno a alguien, cuando no tengo ni la más remota idea de qué es lo que yo quiero hacer mañana, o a dónde me veo en cinco años? Es mucho más realista ir viviendo un día a día.

La vida me ha demostrado en demasiadas ocasiones que tú haces planes, y Dios, el universo, el karma o en lo que crean se reirá de ellos. Así que ya dejé de hacerlos. 

El amor es una negociación porque cuando conoces a alguien, se van negociando: humores, formas de ser, de pensar, de sentir, de recibir amor, de demostrar el amor, niveles de energía, con mis ligues europeos entendí que vaya hasta de idiomas y husos horarios.  

Es ir mostrando flexibilidad en situaciones y cosas que tal vez jamás te imaginaste antes serlo, es ir equilibrando porcentajes en la relación. Porque otro mito es que es un 50/50 habrá días en que tú des más y otros en los que la otra parte aporte la parte que se necesita.  

Es ir negociando humores, buenos, malos regulares. Es ir entendiendo cómo reaccionas tú cuando estás de malas y cómo lo hace él, y que a los dos les funcione. Se negocia hasta el saber si se dormirán enojados o no. Pleitos por besos, sexo de reconciliación. Tolerancias e intolerancias. 

Es ir negociando momentos fuertes, una muerte, una pérdida, una quiebra, una enfermedad. Fracasos personales, y fracasos mutuos. Algo que los descoloque de sus centros y que los haga crecer o no. Ahí entra la negociación.

También se negocian, las relaciones en sus vidas, porque cuando se conocieron, los dos tenían familia, amigos, personas importantes para ustedes, trabajos, hobbies.  

La negociación varía día a día, es entender que no se puede dar por sentada a la otra parte, porque es ir creciendo juntos en un día a día. Conociéndose en esas negociaciones mutuas.  

Es ir negociando comidas, religiones, educación, mascotas, vida sexual, pasiones, viajesSon tantos factores y tan variados que es un reto sin duda el irlos negociando día a día. 

Entonces es cuando vas aprendiendo que hay batallas por librar y otras que simplemente debes dejar ser. Hay cosas que para ti serán puntos de quiebre y no negociables, así como los habrá para la otra parte. Es ir negociando respeto.

Es irse conociendo en todas y cada una de sus etapas, ir negociando pasados, el no cobrar facturas ajenas, que obvio son parte de ti, y que te hacen ser quién eres, pero entendiendo que la persona que está junto a ti hoy, no fue la que te lo hizo ayer.  

Es ir negociando su futuro a través de negociar hasta sus estilos de vida. Es ir negociando el sentido del humor, topense con alguien que los haga reír y tendrán gran parte de esas negociaciones ganadas. 

Se tienen que negociar los super, el cómo usan las pastas de dientes, las  maneras de cocinar, los días para flojear, las miradas y los besos por sonrisas. 


Es ir negociando silencios, palabras, lágrimas, carcajadas. Es ir entendiendo que salir de ti para entrar en un dos, es una apuesta y que esta puede salir bien o mal, siempre será un riesgo y la primer apuesta y negociación de todas, es saber si siquiera quieren intentarlo. 

Es ir negociando sentimientos, momentos que no siempre estarán en coordinación y equilibrio. Negociar sus días negros y sus días rosas o azules, su música, y sus berrinches, sus necedades mutuas y sus complicidades únicas. 

Es ir negociando con una persona que no eres tú, que no tiene tu sentido común o quizá sí, que se irán descubriendo en un día a día, que tendrán que ir negociando su crecimiento juntos.   

El que quieran hijos o no, el cómo van a educar a esos hijos, negociaran el dinero, el alcohol, el tipo de vino, las cafeterías a las que acudan, los intereses mutuos, los intereses propios. Es ir negociando amigos, enemigos, estaciones del año, enfermedades, clichés y felicidad. 

Pero también es ir negociando paseos de las manos, carcajadas, momentos que son chispas, miradas de complicidad únicas, abrazos que te hacen creer que todo irá mejor, el saber que se apoyan mutuamente. 

Después de todo lo anterior y pensando que qué flojera tener que negociar tanto, les puedo asegurar que cuando te topas con un buen negociador, todos y cada uno de los aspectos habrá valido la pena, el chiste es esperar por la negociación adecuada, con el negociador perfecto para ti.

 Al final en esta negociación es ir entendiendo que no todos van a querer hacer la apuesta, y se vale. Que habrá como en todocon los que la negociación sea la más benéfica para los dos, que será muy divertido ir negociando y les funcionará irse equilibrando en tratar de lograr juntos una estabilidad emocional en conjunto ¿se lee fácil no? No lo es, se los prometo.  

¡Suerte en sus negociaciones diarias!  

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MJBDU 


Mi chinuda preciosa

Hoy estás durmiendo acurrucada junto a mí, por quinceava vez en estos días tuve que soltar, olvidar los planes y quedarme en el presente, cu...