- LOS SUEÑOS SON LA META, LA IMAGINACIÓN EL TRANSPORTE, LA REALIDAD EL PUNTO DE PARTIDA-





La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, cambios de pasajeros, las distintas vías, los accidentes, las subidas y las bajadas.  Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres.   

Cuando somos chicos creemos que, los pasajeros que están en ese momento en nuestro viaje, siempre viajarán a nuestro lado, sin embargo conforme vamos creciendo, nos vamos dando cuenta de la temporalidad.  

Y ahí es que entendemos que, en alguna estación, cada una de las personas que se suben a este viaje, se bajarán dejándonos. Llegamos solos y solos nos iremos 

Ahí lo importante es entender que así como se van bajando personas, de la misma forma se irán subiendo otras, que serán significativas: hermanos, amigos,  algunos amores de nuestra vida, mascotas, hijos, si es que es nuestra decisión. 

No todos haremos el mismo recorrido, mucho menos de la misma forma. Lo cual lo hace mucho más interesante, creo yo.  Porque así es como: irás aprendiendo distintas formas de ser; de actuar, de amar, perdonar, enojarte.  De ver la vida simplemente.  

Cuando además vas conociendo otros lugares, distintos del  cual, te tocó iniciar el recorrido, amplías tu cultura, tu gusto gastronómico, los idiomas, los paisajes. 

Hay personas que solo se cruzaran en una estación, por un muy breve momento, y otras que quizá se han subido al mismo tiempo al tren, y viajarán con nosotros un gran tramo.  

Cuando tienes suerte como yo, de tener un buen núcleo, el viaje se hace mucho más divertido. Así que solo puedes agradecer, los momentos que desde pequeño vas coleccionando junto a ellos, en cada estación.  


Así tu viaje está lleno de recuerdos des juegos de mesa,  comidas familiares, los piojitos mientras te quedabas dormida en algún viaje, o los préstamos de ropa, las pláticas de todo y nada, los enojos, el saber que pase lo que pase, ahí están los unos para los otros, el que ellos te han enseñado, que te quieren siendo como eres.  

Así tal cual con todas y cada una de tus peculiaridades. Y es que ese es el amor total y puro. El que no juzga, ni exige, ni condiciona, solo es y punto, a pesar de todo y de todos.  

En este recorrido, muchos bajarán y dejarán un vacío permanente. Otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos.  

El viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas. Risas, lágrimas, platicas, cafés, vinos, comidas, tu chocolate favorito.  

Magia es encontrar en este viaje, personas con las cuales puedas hablar de cualquier tema. Que te sientas cómodo, que les aprendas, que te cuestionan, que los admiras. Y sin duda hacen el recorrido mucho más especial. 

Siento que para tener  éxito, en el viaje, una buena forma consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros. No todos serán nuestros amigos, o personas cercanas. 

Aun así debemos convivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros, así como es importante lo que recibimos, es mucho más importante lo que damos en nuestro viaje. 

Puede que el recorrido de nuestra vida,  también sea entender  que constantemente tendremos que ir eligiendo, y  que debemos asumir las consecuencias, de estas elecciones. Entender que debemos atrevernos, si no te atreves, las oportunidades desaparecen. Las personas que podrían hacerte feliz, también. 

Hay muchas veces que no tenemos idea de cómo irá este recorrido, pero como diría M. Hale no siempre necesitas un plan. A veces solo necesitas respirar, confiar, dejar ir y ver qué pasa.  

El gran misterio para la mayoría, es que no sabemos en qué estación nos bajaremos.  Pero eso no tiene que ser necesariamente algo malo. Muchas veces cuando no estás esperando nada, es cuando las mejores cosas ocurren.  

Cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, lo ideal sería, dejar buenos recuerdos a los que continúan viajando en su tren. Como he dicho ya en algunos post, ser más huella que cicatriz.  Que piensen en ti y te recuerden con una sonrisa. 

Por último, ojalá que nuestro viaje sea mejor cada día,  que a lo largo de este, vayamos cosechando éxitos y dando mucho amor, y sepamos agradecer en lo que cada uno crea, en mi caso a Dios, por el camino recorrido. 



Gracias por seguirme en esta aventura y leerme. Si les gustó el post compártanlo en sus redes sociales, para que más personas sepan de él.  



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